Ese tren llamado "vida"
Dicen que la vida es como un tren que va parando a lo largo de muchas estaciones, y en la cuáles siempre hay gente subiendo y bajando constantemente, para acompañarte durante casi todo el recorrido, o en un breve trayecto. Nuestro viaje siempre comienza con nuestros padres y hermanos de la mano, y nuestros familiares más cercanos, tíos, primos, en la que se nos presupone la etapa más feliz de nuestra vida, comer, dormir, jugar... Luego vamos agregando a nuestros primeros amigos, esos compañeros de colegio que nos acompañaran durante toda nuestra infancia, y con algo de suerte, aunque alguno se quede en el camino, hasta nuestros 16 años aproximadamente, donde ya cada uno comienza a elegir, el principio del resto de nuestras vidas. Entramos en esa edad, donde nuestros mejores amigos son los únicos que tienen la razón, y el criterio más valioso, y nuestros padres quedan relegados a un segundo plano, porque por supuesto, ¡qué van a saber ellos de la vida! Etapa de decisiones complicadas,
Comentarios
Sus cabellos color azabache fluyen en cascada suavemente por la almohada, como si huyesen del reflejo de penumbra que oculta su rostro bajo los pliegues de la cama…
Siento su calor cerquita mío. Siento el cariño y el amor que corre por mis venas como un torrente, mientras mi cuerpo se estremece de impotencia al no querer despertarla. Pueden pasar segundos, minutos, horas… El tiempo hace mucho que pasó a ser el mero latido del reloj de pared que cuelga junto a la ventana. Un latido que rompe el silencio reinante con la inocencia de un pequeño.
Entonces, sus ojos se abren poquito a poco.
Afina la mirada y reconoce mi rostro; son ríe con alegría y si apenas moverse me dice:
- Buenos días.
Acaricio su rostro con las yemas de los dedos, casi sin tocarla, rozando sus mejillas, pasando por sus labios… Entonces ella abre los brazos y me invita a fundirme en un abrazo. Siento el calor de su pecho, el aliento que emana y le susurro, muy bajito, al oído…
- Te quiero…
Ambos nos quedamos sumergidos en la quietud, como si estuviésemos escondidos, acurrucados el uno junto al otro, desapareciendo de la realidad…
No hay sonidos…
No hay movimiento…
No hay palabras…
Solamente hay una caricia leve dedicada, un beso que se escapa y dos almas furtivas…
"el hechicero"