SANTANDER

Pisando Cantabria, mi recorrido se torna hoy zigzagueando entre hermosos parajes y un salado aroma a mar. Mi parada durante dos noches será, en esta ocasión, SANTANDER, a los pies de la famosa Playa del Sardinero. Por fin podré darme un chapuzón en el Cantábrico.
Al igual que en las ciudades anteriores, visitamos aquellos monumentos históricos que merecían especial mención, como la Catedral, o el famoso Palacio de la Magdalena, además de varias iglesias, y más tarde, lugares como el Puerto, o las muy renombradas Cuevas de Altamira.
Y aprovechando que por supuesto un famoso río, el más caudaloso de España nace precisamente en esta zona, fuimos al lugar de su nacimiento, Fontibre, ¿el rio?, ¡¡uf!!, fácil, ¿no?, el Ebro, nace, en un lugar precioso, que por cierto, está rodeado de merenderos para poder disfrutar simplemente del sonido del agua y de la naturaleza si te apetece y pasar el día entero en el lugar, un sitio increíble para los niños.
Después de haber visitado lugares culturales, puedes pasar el día tumbado en la playa, hasta la caída de la tarde, y tras ver como se pone el sol, ir a darte una ducha, cambiarte, y salir a pasear por el paseo marítimo hasta la hora de la cena o bien, cenar en uno de los diferentes sitios que están más próximos a la playa, eso ya a gusto del turista.
En cualquier caso, las noches son de una temperatura tan sumamente agradable que incluso pueden resultar frescas para los que no estén acostumbrados a las temperaturas muy altas.
También tuve la ocasión de recorrer algunos pueblos de los alrededores de Santander, que me parecieron igualmente encantadores, y con unos pequeños puertos que resultaban muy bonitos, con personas adorables y muy amables.
Aqui os dejo alguna foto de mi estancia en esta ciudad.

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