TOLEDO

Y al llegar a nuestra querida y a la vez histórica ciudad de TOLEDO, llegamos al final de nuestro recorrido, por suerte con más gloria, aunque con alguna pena de que el viaje llegue a su fin.
Es una ciudad realmente preciosa, toda ella en sí es un monumento. Cada calle, cada rincón, esconde un pedacito de historia. Ciudad a los pies de la cual se encuentra nuestro río Tajo, y que según tuvimos la ocasión de comprobar y de informarnos en el Centro de Interpretación de la ciudad, pudimos comprobar que la historia de este río ha estado siempre íntimamente ligada a la historia de sus ciudadanos.
Otro dato importante es el hecho de saber que en dicha ciudad se funden tres religiones muy importantes: cristiana, judía y árabe, y muestra de ello se encuentran a lo largo de nuestra visita por el casco histórico, por lugares como la Sinagoga del "Cristo de la Luz", por nombrar alguna, porque hay varias muestras más de la religión judía en la ciudad.
Innumerables iglesias de carácter cristiano, y monumentos de carácter árabe.
No podemos olvidarnos de su importante Alcázar y su Catedral, son algo digno de visitar.
Tampoco podríamos venirnos de esta ciudad sin contemplar el Tajo desde el famoso "Puente de Alcántara". O visitar la Puerta de Bisagra, y esto es una pequeña muestra de la cantidad de maravillas que esconde esta preciosa ciudad que parece que nos transporta a otra época con ese precioso aire medieval que aún parecen respirar cada una de sus calles.
Por supuesto, a todos aquellos admiradores de El Greco, no olviden pasar por la Iglesia de Santo Tomé, donde se encuentra expuesto el que sin duda alguna es su cuadro más significativo.
"El entierro del Conde de Orgaz", una conocida composición que se desdobla en dos, la mitad superior representa el cielo, y la mitad inferior representa la tierra. Es, sin duda, la obra más excelsa del autor, y está considera la obra más grande del siglo XVI, y no sólo por la grandiosidad de la obra, sino también por sus dimensiones.

Bajo la obra, se encuentra enterrado el Señor de Orgaz en la misma Iglesia.
También pueden visitar la Casa Museo del Greco en dicha ciudad.

Y si aún les queda tiempo para recorrer las innumerables tiendas de souvenirs pueden traerse a casa una espada o armadura para recuerdo de su visita a esa época, o en su defecto, esa especial y trabajada orfebrería damasquinada de tanto valor, y a la que tarde o temprano todos acabamos accediendo a la tentación.
Aquí les dejo unas fotos.

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