Dicen que la vida es como un tren que va parando a lo largo de muchas estaciones, y en la cuáles siempre hay gente subiendo y bajando constantemente, para acompañarte durante casi todo el recorrido, o en un breve trayecto. Nuestro viaje siempre comienza con nuestros padres y hermanos de la mano, y nuestros familiares más cercanos, tíos, primos, en la que se nos presupone la etapa más feliz de nuestra vida, comer, dormir, jugar... Luego vamos agregando a nuestros primeros amigos, esos compañeros de colegio que nos acompañaran durante toda nuestra infancia, y con algo de suerte, aunque alguno se quede en el camino, hasta nuestros 16 años aproximadamente, donde ya cada uno comienza a elegir, el principio del resto de nuestras vidas. Entramos en esa edad, donde nuestros mejores amigos son los únicos que tienen la razón, y el criterio más valioso, y nuestros padres quedan relegados a un segundo plano, porque por supuesto, ¡qué van a saber ellos de la vida! Etapa de decisiones complicadas,
Hoy, me he levantado echando la mirada atrás, y no me parece que haga un año...el tiempo es implacable. Las cosas no han cambiado demasiado por aquí, y sigue existiendo ese hueco enorme que eres tú. Siguen permaneciendo esos instantes de soledad en que es complicado superar tu ausencia, y aún así no deseas compartirlos con nadie, porque siguen siendo pequeñas conversaciones en que te cuento mis cosas. Echo tantas cosas de menos, tantos pequeños detalles... Creo que te alegrará saber que en infinidad de ocasiones reímos entre nosotros recordando muchas de tus frases, o esos miles de momentos que nos regalaste para siempre. No sé si me equivocaba cuando decía que el dolor se calmaba con el transcurso del tiempo, aunque supongo que de alguna manera se transforma, porque si no sería insoportable la idea de perder a las personas que tanto quieres. Pero aún así sigue siendo duro saber que nunca más vas a estar ahí. ¿Sabes? echo de menos hacer contigo cosas tan sencillas como r
Comentarios