Tardes bajo la lluvia

¿Quién no tiene alguna hermosa historia conocida que ha acontecido en un día bajo una tarde lluviosa?, o ¿algún hermoso recuerdo vivido bajo un cielo gris, con olor a tierra mojada y aroma de café en la cocina de casa?
Yo tengo muchos desde que era una niña, y sin duda, de todos los recuerdos que nuestra memoria guarda,  esos tienen un dulce tono a nostalgia.
Aún recuerdo esas tardes de muñecas en casa de alguna amiga, con la carita pegada al cristal de una ventana para ver si cesaba la lluvia, y mientras tanto, alguien aparecía con una taza de ColaCao bien caliente, que nos hacia olvidar que no se podía salir a la calle a jugar.
Tardes compartidas con mis abuelos, en que tras acabar las tareas del colegio, me lamentaba de no poder salir al patio a jugar porque no paraba de llover, y mi abuela amortiguaba "mi gran pena" con una jícara  de chocolate que desgastaba saboreándola mientras jugábamos al parchís.
Luego van pasando los años, y una tarde lluviosa te gusta menos aún cuando eres adolescente, y no puedes arreglarte para salir a pasear con tus amigas, pero siempre todas recogidas en casa de alguna, ideábamos alguna tontería que nos hacía reír, y disfrutar de una tarde en que para nosotras con lluvia o sin ella, de alguna forma lucía el sol en nuestros rostros.
Más tarde, mis días de lluvia se convirtieron en plácidos momentos a solas en mi habitación bajo la tenue luz de una lamparita, en que disfrutaba perdida entre los renglones de algún libro que me fascinaba a cada página, o escuchando música a solas mientras el agua repiqueteaba en los cristales.
Hoy, por hoy, esos momentos los comparto con mi familia, delante del televisor viendo alguna película  todos juntos, y acompañándolos de un aroma a café que envuelve toda la casa. 
Es sencillamente, una forma como cualquier otra de transformar un día gris, en un día lleno de tiernos momentos. Una sencilla manera de aprender a no quejarnos de la lluvia, sino de saber bailar al son que ella nos toque.
¿Por cierto, les he dicho ya que hoy es una tarde de lluvia?



Comentarios

Recaredo ha dicho que…
Todos los grandes intelectos del mundo han sido a su vez también grandes sufridores, quizá porque ellos hacían preguntas a la vida que otros no acertaban a entender. Unos derivaban esa inquietud e inteligencia a la pintura, la música, el pensamiento o la literatura. Tú estás entre estos últimos . Has escrito un relato precioso, tierno,soñador, entretenido, simpático...... por favor, sigue así. No nos prives de algo tan bonito. Animo, escribe, escribe, escribe. Tú naciste para escribir.
Por cierto, impresionante fotografía. Invita a soñar despierto. Si libero mi pensamiento, éste se desliza por la estela serena de luminosidad que se refleja en la superficie y se pierde en ese infinito donde se junta el cielo con el mar preso de sus sueños como si quisiera alcanzar en sus horizontes los anhelos que se le escapan.

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