Un verano genial.

Hoy pongo punto y final a un verano colmado de grandes momentos, porque oficialmente mañana es "la vuelta al cole", y con ella regresan los madrugones, los desayunos de mi hija medio dormida, las prisas de mi marido, y el silencio de pronto en la casa a partir de algo más de las ocho cuando sólo me quedo yo, y todo parece vacío sin ellos.
Pero no se puede vivir en unas constantes vacaciones, y estas que ahora terminan han sido verdaderamente geniales, playa, descanso, algo de cultura, risas, momentos familiares realmente entrañables que se guardan para siempre en el álbum de la memoria.
Y otros tantos salpicados de amigos que siempre están ahí, en lo bueno y en lo menos agradable, pero que sabes que siempre puedes contar con ellos.
Momentos que te hacen recordar que el tiempo pasa como cumpleaños celebrados durante el verano, pero que afortunadamente pasan, y estamos ahí para disfrutarlos, para vivirlos, para rodearte de la gente que quieres y pasar días inolvidables.
Y ahora sólo queda coger todos esos días y guardarlos con todo el cariño del mundo, conservarlos donde nada ni nadie, ni siquiera el tiempo nos los pueda arrebatar, y sólo desear, que el verano siguiente sea al menos, la mitad de bueno que el vivido.


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