Semana Santa

Para algunas personas, este período de tiempo no es sino la excusa perfecta para ir de vacaciones y perderse de cierto tumulto creado en su pueblo, o provincia a causa de la salida de las diferentes Hermandades.
En cambio, para otras, es el momento más esperado del año, esas horas en las que el esfuerzo de todo un año sale a la luz, y brilla con todo el esplendor del día.
Desgraciadamente, el factor meteorológico, a veces, juega malas pasadas y hace que con ello algunas Hermandades se queden sin salir a la calle, motivo que hace tanto a los Hermanos, como a costaleros, que amargas lágrimas se les deslicen por su cara, sabiendo que otro largo año les espera para poder sacar "su paso" a las calles.
Hay quién lo llama "fanatismo", yo, prefiero llamarlo "devoción", pero eso es un concepto que para algunas personas carece de lógica.
De todas formas, para mi, el secreto, radica simplemente, en respetar ambas opiniones, no se obliga a nadie a salir a la calle, a visitar las iglesias, ni a seguir todo el tipo de actos que durante estos días se celebran, por lo tanto, respetemos al que quiera seguirlos, y no marginemos a los que se apartan de ellos.
Yo, personalmente, pertenezco a una de estas Hermandades, ni mejor ni peor que las demás, ni más bonita o más fea, simplemente, es aquella que más hondo me llega.
De todas formas, hay algo que si hemos todos de tener en cuenta, por muy maravilloso que sea, sacar "tu paso", a la calle, no olvidemos que a ese llamado Jesús, al que paseamos, con tanta fe y devoción, durante una semana, ha de estar no sólo presente en nuestras vidas durante esos días, sino, durante el resto del año.
Esa queridos hermanos, es la auténtica devoción.

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