LA BALA
La bala que me hiera será bala con alma. El alma de esa bala será como sería la canción de una rosa si las flores cantaran o el olor de un topacio si las piedras olieran, o la piel de una música si nos fuese posible tocar a las canciones desnudas con las manos. Si me hiere el cerebro me dirá: yo buscaba sondear tu pensamiento. Y si me hiere el pecho me dirá: ¡Yo quería decirte que te quiero!